El Chavo del Ocho: Crónica de la mediocridad

El Mexicano promedio nace sin saber que pisa el suelo de uno de los países con una de las historias más flojas del mundo, donde parece estar destinado a dar tributo a la mediocridad.

Personajes del conformismo, la ambigüedad entre la honradez o la corrupción, entre la ignorancia y el desprecio al que posee algo de conocimiento, el regalar las oportunidades a manos llenas a Españoles, judíos, Argentinos, Italianos, entre otros rechazados de sus propias economías que llegan a decirnos lo bigotonas y feas que son nuestras mujeres, pero se humillan ellos mismos como pasó con el italiano Tiziano Ferro, que come del malinchismo mexicano.

-¡Me da un asco ser mexicano, bi-bi-bi-biii-bii! Me caí que me caso con
una americana como el Cantinflas, "inches" mexicanas,
son todas unas peludas y les apestan las patas-

¿Acaso no soy bello?

Dejamos la formación de nuestra gente en manos de un régimen que aún hoy se arrastra en México, un impedimento para el desarrollo y demandas justas del pueblo, la propaganda no sólo es política, es una manera de vida, la permisividad de la mediocridad, mitos bajo los cuales las clases más acomodadas, descendientes de caciques posponen las nuevas revoluciones, que sus sistemas injustos parecen requerir.

Hay sin embargo gente que pide respeto a lo imposible.

Roberto Gómez bolaños es uno de esos ególatras autocontenidos, así mismo nombrado más importante que Dalí, producto del burocratísmo de un monopolio obsoleto y arcaico llamado Televisa, que al igual que Grupo Editorial Vid, son impedimentos al desarrollo de los medios y permean una frágil y manipulable audiencia mexicana, amaestrada bajo el ¡si se puede!, Unidos para progresar, el Don Beto ya tenemos carretera, la invención de la tv a color, el segundo himno más bonito del mundo entre otras metodologías de la dictadura Priísta.

-Me pregunto si todos los mexicanos y los sudacas
son igual de "inteligentes" que yo. ¡Eso, eso, eso!-

El Chavo del Ocho es un personaje ridículo que durante años y aún hoy en la actualidad es un sistema de coacción del mexicano promedio:

-¡No te esfuerces, eso es para los ricos!, ¡se un mediocre conformista!, el "probre" tiene sueños de "probre" y el rico puede soñar. Ten fé, no te preocupes por esforzarte, veras que tus ídolos te lo resolverán, siempre puedes esperar a que otro lo haga ¿no?.

Ustedes se preguntarán que es una acotación injusta, pero el mexicano promedio es así, mil veces prefiere decir, ¡Nadie sabe! a diferenciar ciencia de charlatanería.

Países tales como: Japón, Hungría, Alemania y Suecia nunca insultarían al anciano, menos al joven que estudia y se esfuerza, en México es cuestión de los cerebritos, de los matados o ratones de biblioteca que son los menos llenando las calles de Chavos del Ocho, desempleados sin oficio que terminan de albañiles que manejan las clásicas de haber habido, el haiga, el dijístes y la prosa estúpida que se difunde por comunicadores que no aspiran al periodismo objetivo.

El Chavo del Ocho es un engaño mediático, es el chispazo mexicano, de una idea interesante, hasta hacerse una desidia, donde Bolaños, graba y regraba el mismo guión demostrando su falta de capacidad para nuevas historias y probando a su vez la falta de memoria del mexicano, que se le olvida que ve con Don Ramón, los mismos episodios que verá con la Chilindrina, se podría decir que del chavo de ocho sólo tienen 20 episodios, todos los demás es el mismo chiste e historia repetida una y otra vez de diferente forma y con diferentes personajes.

-La vecina llega como una Laura Zapata una vez, llamando a Monchito y otra vez la misma escena con otra vecina, pero desconocida que repite el mismo papel. Pati una vez, Pati dos veces y así hasta el hastío en la escena del beso en la mejilla, mientras el Chavo golpea a Kiko una vez, otras veces a Ñoño, otras veces a Godinez.-

-Todos somos unos pobres "inteligentes", conformate
con parecerte a nosotros-

Bolaños que se sueña como el Cri-crí moderno (si algo así pudiera existir de nuevo), más conocido que Hitler y más querido que el Rey Elvis, no engaña a nadie, fuera de sus amigos de la derecha a la que representa.

Chespirito, hombre y figura de un régimen caduco, a dónde los intelectualoides del régimen y el monopolio medíatico, le rinden tributo a los logros del control medíatico en generaciones de cerebros que bien podrían servir de abono.

Las malas mañas persisten y quienes quieren revivir tan imberbes personajes, son aquellos que siguen pensando que historieta es todavía la familia Burrón o el cartón político y que el cómic es sinónimo de Lagrimas y risa y el caduco Memin Pinguin, éstas mentes viejas siguen atrapando nuestro futuro; un lugar donde estas infamias no tienen cabida, donde respetamos al viejo, donde honramos a los padres y al inteligente, donde tenemos libertad sexual y de expresión sobre nuestros pensamientos y cuerpos, pero sobre todo un futuro donde ellos no son necesarios salvo en los muy anales de una historia destinada al olvido.